El Atlántico une a Galicia y a Cádiz, tierra de mar y salinas, de guitarras y palmas, de carnavales y alegres tanguillos. Laureano Rojas, un gaditano residente en Villarreme, nos trae "un puñadito de sal" de su Tacita de Plata reflejada en el mar.
Bendita Tierra bonita
(a Villarreme)
O Saviñao cuando yo vi.
por vez primera tu estampa
mis ojos se iluminaron
y también mis esperanzas.
Por caminos de Currelos
llegué hasta Villarreme
que es parroquia de Piñeiró
y también de buenas gentes
Aldea pequeña y bonita
de casitas abandonadas
que en su día era un orgullo
con sus prados y con sus vacas
Y en las tardes soleadas
cuando el sol quiere esconderse
nos sentamos los vecinos
y hablamos amablemente.
Cada uno cuenta sus historias
y la rutina permanente
pero se aprende bastante
por los años allí presentes.
Las campanas me despiertan
al amanecer el día
y su sonido me embruja
y también sus melodías
Son la de San Sadurniño
que al aire le da la vida.
Es tan grande mi placer
y tan inmensa mi alegría
que cuando estoy junto a ti
se alegran las penas mías.
El aire que se respira
huele a hierbas y a rocío
que caen sobre tus flores
y llenan tus campos fríos.
y es que cuando lo respiro
me dejan casi dormido.
Tu me acogiste en tus senos
como si fuese tu hijo
y hoy me siento orgulloso
de estar aquí y haber venido.
Yo andaluz y gaditano
te traigo de Andalucía
un puñadito de sal
mi amor, mi alma y mi vida.
Y unos tanguillos de Cádiz
cante de la tierra mía
y una guitarra flamenca
tocando por bulerias.
Se juntará con la gaita
compañera de armonía
y tocarán una muñeira
por las plazas y por las rías.
Yo, me quedo aquí contigo
Galicia hasta mis días.
Autor:
Laureano Rojas
07 de mayo
de 2012
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